El actual técnico de Aurora cuenta cómo vivió el paro de 1993, cuando era jugador. Asegura que por ser consecuente con el gremio que presentó reclamos lo marginaron de la selección y perdió mucho dinero, porque estuvo varios meses sin actividad.
— ¿Cuánto le afectó el paro de jugadores de 1993?
— Mucho, como a varios de los jugadores. Tenía un contrato muy bueno con San José de Oruro para la Copa Libertadores y el torneo local, pero lo rompimos, lo mismo les pasó a otros. En cambio se beneficiaron 22 futbolistas que fueron a la selección y nos perjudicamos 400 personas.
— ¿Sólo jugó Libertadores?
— Acabó la Libertadores y chau contrato. Estuvimos parados ocho meses, fue una barbaridad, una injusticia total.
— ¿A qué se dedicó usted?
— En Santa Cruz los jugadores vivieron un drama. Yo no tenía problemas porque había llegado de Japón, donde gané muy buen dinero, mis inversiones estaban bien hechas y no tenía conflictos de ninguna índole. Organizamos partidos en Montero, Warnes y otras provincias para recaudar dinero para muchachos que no tenían condiciones económicas.
¿Pero sabe la gente que hubo jugadores que no tenían leche para sus hijos? Jugamos fútbol de salón en el coliseo de Santa Cruz para repartir a 100 bolivianos para que la gente tuviera algo qué comer. Muchos lo saben, pero se callan.
—¿Cree que pasó lo mismo en otras partes del país?
— Hubo jugadores valientes, Mauricio Soria y Jhonny Villarroel fueron machos, apoyaron con todo y le pusieron el pecho a la situación. Yo fui marginado de la selección siendo el goleador del fútbol boliviano. También apoyó Limbert Cabrera, quien se puso de lado de los jugadores en huelga.
— ¿Ganaron algo con la huelga los futbolistas?
— Yo perdí mucho, en lo económico y en lo deportivo. Ganaron los dirigentes que concentraron ocho meses a la selección, pero perdimos 400 jugadores y sus familias. También ganaron los 22 futbolistas que estuvieron concentrados. Qué director técnico no quisiera tener a una selección trabajando todo ese tiempo.
— ¿Hubo apoyo de los convocados a la selección?
— Uno que fue consecuente con los que estábamos en huelga fue Ramiro Castillo, él fue macho y por eso no lo querían. Lo recuerdo como una persona solidaria, hoy ya no está y lo que hizo no se olvida. Pero en todo grupo mandan tres o cuatro tipos y en la selección era así, entre ellos había extranjeros. Sé que ganaban 10.000 dólares por partido, entonces qué les importaba que los otros estuvieran parados. No hallo culpables a los 22 jugadores, había un grupo de tres o cuatro que mandaban y consiguieron que no nos apoyen.
— ¿Cómo le fue una vez que volvió al fútbol?
— Las pérdidas aumentaron. Si a comienzo de año firmé un contrato de 20.000 dólares de prima, cuando volví a San José sólo me dieron $us 5.000 por una decisión de los mismos que están ahora.
— ¿Se refiere a los actuales dirigentes de Fabol?
—Los de ahora son los mismos actores que nos dieron la espalda hace 20 años.
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