En medio de una especie de pasillo de jugadores con flores fue cargado y trasladado el ataúd de don Elito, quien falleció el viernes, a los 77 años, que fue velado en el complejo de la laguna Alalay y que ayer fue enterrado en el Cementerio General.
A su estilo, la barra Los Califachos le rindió un pequeño homenaje y le dedicó una serie de canciones que al exutilero le gustaban cantar, incluso, bailar.
Otros hinchas, exdirigentes y amigos, simplemente, le dirigieron unas palabras o recordaron las muchas anécdotas que pasaron con el emblema del club celeste.
“Se fue el más grande aurorista que ha podido existir”, sostuvo Rolando Tellería, exdirectivo.
“Él dio todo por este club, que fue su casa. Es gracias a Elio que Aurora tiene todo esto”, expresó el expresidente Bernardo Pavisic.
Carlos Trigo, exjugador y amigo de don Elito, fue otra de las personas que lamentó profundamente la partida del ícono de Aurora. “Antes que nada era mí gran amigo. Son tantos recuerdos que vienen a mí que no puedo contenerme. Será difícil asimilarlo”, dijo, con los ojos llorosos y la voz entrecortada.
Y así mucha gente aurorista y amante del fútbol se apersonó al sepelio, no tanto con la ropa negra (tradición en este tipo de actos), sino con los colores celeste y blanco, los que tanto amaba don Elio.
Durante toda la víspera, nadie de los que “acompañó a Elio” se cansó de escuchar la cueca de Aurora, aquella letra que durante todos los partidos le gustaba cantar, según contaron miembros de la actual dirigencia.
En otro acto emotivo, y en el cementerio, se hizo otro pasillo de personas, pero esta vez de globos con los colores de Aurora, que fueron soltados a medida en que iba ingresando el ataúd de la persona que le dedicó más de 60 años de su vida.
Tristeza
“No sé cómo asimilar esto. Es difícil. Uno de los más grandes auroristas nos ha dejado”.
Jaime Cornejo
Presidente de aurora
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