Jaime Cornejo, el presidente de Aurora, anunció su salida porque no cuenta con apoyo y de paso es acusado de llevarse el poco dinero que llegan a las arcas. El directivo llegó a mediados del 2016, con la misión de subir al cuadro cochabambino a la máxima categoría y lo pudo hacer en el 2017.
No es fácil administrar al club Aurora porque se tiene una reducida masa societaria que aporta mensualmente, sumado a los pocos sponsors y la escasa cantidad de personas que van al estadio. La plantilla es una de las más baratas del fútbol boliviano, pero el objetivo es pagar con puntualidad para evitar los famosos juicios a la institución.
“Vamos a estar dos fechas más (la jornada 12 y 13), tengo una carga (que es Aurora), mientras que otros inadaptados vienen a insultar. No voy a dejar al club a la deriva, pero que otro se haga cargo, no debemos nada a los jugadores”, dijo Cornejo luego de la derrota ante Royal Pari (2-3), en condición de local.
La impotencia es mucha en la familia porque el equipo está último en la tabla de posiciones, con 5 unidades y la pasada temporada salvó la categoría a falta de un partido para el final.
“Me duele porque nosotros pagamos febrero y estoy dolido. Por eso quiero que los jugadores den de sus sueldos una parte al club (que servirá como descuento)”, agregó Cornejo.
La sociedad boliviana está acostumbrada a echar culpa a los dirigentes del fútbol boliviano, en su mayoría tiene razón, pero hay otros dirigentes que tuvieron el desprendimiento de ayudar al club de sus amores.
“No me compro ni ropa para entregar mi sueldo al Aurora, hemos hecho hasta lo imposible con mi familia, para que (de paso) me llamen maleante. Vamos a dar un paso al costado”, comentó Jaime, quien es auditor de profesión. Patricia, hija de Cornejo, ingresó el pasado domingo al campo de juego para increpar al árbitro Fernando Toledo porque cobró un tiro penal a favor de Royal Pari y expulsó a un jugador (Anderson Salinas) del elenco cochabambino. “No entiendo por qué cobra este penal, no lo agredí al árbitro (Toledo), a pesar que a mí me duele que el equipo pierda tres puntos, por ese tipo de cosas. Creo que es momento de dar un paso al costado, porque me duele que gente grite a mi papá, “hijo de…”, dijo Patricia Cornejo.
En más de una ocasión la familia Cornejo albergó a varios jugadores en su domicilio para que puedan vivir en buenas condiciones, debido que el sueldo no alcanzaba, pero se cumplía. Uno de los jugadores que recibió apoyo fue el capitán Charles Da Silva, quien tiene mucho agradecimiento a Jaime y compañía.
Es un vía crucis los viajes al interior, la esposa de Jaime (Inés Poma) hace sándwiches para la merienda del plantel, sumado que en varias ocasiones llegan a la sede del partido con varias horas de anticipación y al no pagar un hotel para descansar se dirigen al estadio. No hay una cabeza visible que pueda hacerse cargo de Aurora, pero Cornejo esperará los próximos días para dejar a una persona responsable a cargo del club de sus amores.
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