Maestro es la palabra que describe al argentino Jorge Griffa por su incansable labor en favor de las divisiones inferiores y el ojo para encontrar y desarrollar talentos para el fútbol.
Es reconocido a nivel internacional por su aporte en la formación de jugadores en Newell’s Old Boys de Rosario, Boca Juniors e Independiente de su país, y en México.
Dice que su fórmula es simple: transmitir todo lo bueno que cosechó en la vida y luego impulsar a los chicos que tienen condiciones para ser futbolistas.
Aurora de Cochabamba decidió iniciar un agresivo proyecto en la formación de menores y se fijó en la larga y rica trayectoria de Griffa y sus colaboradores.
Jaime Cornejo hizo las gestiones y trajo al “Maestro” a Cochabamba, donde dio un taller del 5 al 7 de este mes para fijar las pautas de un trabajo a desarrollar, primero en el departamento y luego tratar de expandirlo hacia los otros clubes del país.
Griffa regresó a Argentina, pero se quedó su hijo Diego, quien rápido comenzó el trabajo con el Equipo del Pueblo.
“Creo que el fútbol de Bolivia puede estar en mejores condiciones, como cualquier país de Sudamérica, a través del crecimiento futbolístico de sus chicos. En el curso que estuve en Cochabamba expuse lo que se debe hacer para desarrollarlo”, cuenta Griffa y añade que ir por el camino correcto es elegir y trabajar con los que enseñan (formadores) para el mejor aprendizaje de los alumnos.
“Lo ideal es que aparte de entrenadores sean educadores y docentes, así los jóvenes no solo recibirán lecciones de fútbol, sino también de vida, y si llegan a primera división lo harán en las mejores condiciones. Los chicos deben estar en permanente contacto con el balón y la orientación en educación para que la respuesta sea eficaz”.
Griffa asegura que aceptó la invitación de Aurora porque se trata de algo nuevo para que el fútbol boliviano tome el rumbo que los otros países han conseguido.
Formador de talentosos y famosos como Gabriel Batistuta, Jorge Valdano y Carlos Tevez, para citar a algunos, el veterano entrenador de menores dice que en el fútbol hay que comenzar como lo hace todo el mundo.
“El juego comienza en el pase, la recepción, conducción, cabeceo y tiro al arco, es lo básico en lo técnico, físico y psíquico, pero para eso el entrenador docente debe estar preparado para encontrar la respuesta adecuada”.
En el balompié de menores se menciona que hasta una cierta edad el fútbol es diversión, pero cuando se detecta el talento se debe impulsar al joven a desarrollar y fortalecer las condiciones técnicas.
Piensa que una vez detectado el talento hay que ir paso a paso para que el niño asimile y ponga en práctica en cancha. Y fuera de ello, el esfuerzo, compromiso y deseo de superación. “Esas cosas hay que provocar e impulsar para que la respuesta sea la adecuada. Para ser exitoso en primera división no se debe pensar en que el ascenso en la carrera de un futbolista llega de cualquier manera, eso se provoca, se planifica y se ejecuta con conocimiento pleno para que los frutos sean los que uno espera y prepara”.
En su dilatada trayectoria en la formación, Griffa también se encontró con padres de familia que pensaban que sus hijos iban a ser estrellas o que se marcharían a los grandes clubes de Europa.
Ahí toca el momento de la desilusión, pero las cosas hay que saber llevarlas.
“Es difícil esa situación, pero el sacrificio y perseverancia es de todos, sacando provecho de todo lo que puede ayudar para llegar al círculo máximo. No es fácil, pero al menos se intenta. Es largo el camino en el que muchos quedan a la mitad y son pocos los que logran la excelencia. Es así el fútbol”, enfatiza.
En septiembre de 2011, el Maestro Jorge Griffa presentó el libro 39 años en divisiones inferiores, en el que relata toda su trayectoria con los menores desde que regresó a su natal Argentina luego de jugar en el Atlético de Madrid y el Espanyol.
“Sus páginas expresan todo lo que aprendí, lo bueno y lo malo y lo que se tiene que aplicar”, comenta Griffa.
En Argentina se dice que Newell’s Old Boys, de Rosario, no era nada en cuanto a promoción de jugadores antes de su llegada; diez años después pasó a ser el mejor club con divisiones inferiores, De allí emergieron Marcelo Bielsa y Gerardo Martino, ahora figuras reconocidas en el mundo como directores técnicos.
Después se fue a Boca Juniors —cuando Mauricio Macri, el actual presidente de Argentina, era su principal dirigente— y a los éxitos deportivos sumó también la bonanza económica porque ingresó mucho dinero a las arcas gracias a las ventas millonarias al exterior.
“Ezequiel Barco, un jugador que salió del club que lleva mi nombre (Asociación Atlética Jorge Griffa), fue vendido por Independiente al fútbol de Estados Unidos en 12 millones de dólares, en 2017”, cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario